Lama Nachman se define como la "directora de un equipo multidisciplinar que intenta entender cómo puede ayudar la Inteligencia Artificial al potencial humano". En realidad su cargo oficial es el de directora del Human & AI Systems Research Lab de la tecnológica Intel y en el mundo científico se la conoce por ser la mujer que desarrolló la tecnología que permitió a Stephen Hawking seguir comunicándose en sus últimos años, cuando el ordenador que generaba su característica voz ya no era suficiente, ante el avance de su enfermedad, la ELA. Una tecnología que ahora ayuda a miles de personas en todo el mundo.

Nachman ha sido este viernes la responsable de pronunciar la conferencia magistral dentro del I Forum Europeo de Inteligencia Artificial organizado por Encuentros NOW, la fundación ELLIS y Prensa Ibérica, a través de sus cabeceras INFORMACIÓN, Levante, La Opinión de Murcia, Mediterráneo y El Periódico de España, y que se ha desarrollado en la sede de la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO).

Tras la presentación que ha realizado la directora de ELLIS Alicante, Nuria Oliver, Nachman ha recordado el desafío que supuso el trabajo con el científico británico. Desde Intel llevaban colaborando con sus investigaciones desde hacía décadas, pero fue en 2011 cuando les pidió ayuda porque temía perder la autonomía que le proporcionaba el poder comunicarse a través de la voz y la ELA cada vez se lo ponía más complicado.

Lama Nachman, este viernes, en el I Forum Europeo de IA. David Revenga

"Nos impactó la tecnología tan primitiva que utilizaba, cuando había tanta disponible en el mercado que podría utilizar", ha explicado la científica. Como ella misma ha reconocido, el problema es que, mientras que tecnologías como la que emplean los teléfonos llegan a millones de usuarios, con lo que el coste se distribuye y se puede innovar, no hay tantas personas discapacitadas que empleen estas otras tecnologías "y, además, cada uno tiene unas  necesidades específicas".

Por eso decidieron poner el fruto de su colaboración con Hawking al alcance todos, lo que supuso la creación de su plataforma de código abierto Assistive Context Aware Toolkit (ACAT). Un software fácilmente adaptable a las circunstancias de cada usuario, dependiendo, por ejemplo, de si puede mover una parte de la cara, un brazo o, incluso, si solo puede comunicarse por las señales que emite el cerebro. "Gracias a la tecnología quitamos esas barreras para las personas que lo necesitan", ha señalado.

De alguna forma lo que trataron de hacer, según ha relatado, es que el programa entendiera el contexto del usuario y automatizara una serie de opciones, de forma que se facilite la interacción.

Ahora el desafío es conseguir que la comunicación que se consigue a través de estos sistemas sea más natural y más rápida, para lo que se está utilizando las capacidades predictivas de la Inteligencia Artificial, que sugieren al usuario frases o palabras, en función de sus conversaciones anteriores. "Lo de ir deletreando para escribir puede funcionar si haces algo específico, como un artículo científico, pero una conversación es diferente", ha explicado Nachman, que ha apuntado que una de las partes más complicadas del campo en el que trabaja es que no se trata de buscar automatismos para sustituir funciones que realiza el ser humano, sino complementarlo, ayudarlo a que se exprese.  

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Ante la pregunta formulada por Nuria Oliver, que se ha encargado de presentarla, Nachman también ha destacado la importancia de la privacidad de los usuarios de estos sistemas, y ha destacado el trabajo de Intel por conseguir sistemas que garanticen la seguridad de los datos. Y en este mismo ámbito, ha llamado la atención sobre el desafío ético que se les presentó con qué podían hacer y qué no con la voz de Stephen Hawking, cuando el científico falleció.

Sobre esta cuestión, ha señalado la importancia que tiene la elección de una tecnología u otra. Por ejemplo, a la hora de mantener vigiladas a personas dependientes se suele pensar siempre en una cámara, cuando existen otros sistemas como sensores inalámbricos que permiten la misma función de asegurarse de que la persona está bien, sin ser tan invasivas.