Las muertes por hipertensión en Alicante se multiplican por diez en una generación

Los fallecimientos anuales por enfermedades relacionadas con esta patología alcanzan un máximo histórico con 714 decesos, frente a los 70 que se registraron en 1987, cuando la población no estaba tan envejecida y los hábitos de vida eran muy distintos

Personas mayores haciendo ejercicio en la playa en Benidorm.

Personas mayores haciendo ejercicio en la playa en Benidorm. / David Revenga

Las muertes relacionadas con la hipertensión se han multiplicado por diez en la provincia de Alicante en el transcurso de apenas una generación. Así lo ponen de manifiesto las cifras provisionales de defunciones según causa de la muerte en 2022, que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE). El año pasado fallecieron por este motivo 714 personas en la demarcación alicantina, un número que no se había registrado con anterioridad. De ellas, 425 eran mujeres, es decir, prácticamente el 60%. En 1987, 35 años antes, tan solo se contabilizaron 70 decesos por esta misma causa.

La mortalidad asociada a la hipertensión viene aumentando de manera casi constante a lo largo de las últimas décadas, aunque muy especialmente desde 2005. Ese fue el año en que por primera vez, siempre según los datos del INE, se superaron por primera vez los 200 fallecimientos por este motivo. Después, el incremento ha sido en general cada vez más acusado, hasta el punto de que en 2022 se dio un salto del 35,5% en relación a 2021, cuando las muertes por esta causa fueron 527. Las cifras del año pasado son aún provisionales y son por lugar del deceso y no por residencia del fallecido, como todas las anteriores, pero en cualquier caso la diferencia entre una variable y otra es mínima.

La mayor proporción de mujeres entre las personas fallecidas por enfermedades hipertensivas ha sido una constante a lo largo del tiempo. Ya en aquel 1987 en que tan solo se contabilizaron 70 decesos por esta causa el porcentaje de féminas fue del 67%. En ningún momento, a lo largo de toda la serie histórica desde 1980, se ha dado el caso de que mueran más hombres por esta causa a lo largo de un año. Esta variable no es en absoluto anecdótica, como tampoco lo es, menos aún, la de la edad: de los 527 muertos a causa de la hipertensión en 2021 en la provincia, 433 tenían más de 80 años, es decir, el 82%.

Este dato sirve para extraer una conclusión: las enfermedades hipertensivas se dan principalmente en personas mayores, y cuanto más longeva es la persona más probabilidades hay de que tengan consecuencias fatales. Sobre esta cuestión, la doctora Miriam Sandín, cardióloga clínica del Hospital General Doctor Balmis de Alicante y responsable de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca en cardiopatía isquémica, además de secretaria electa de la Sociedad Valenciana de Cardiología, recuerda que la hipertensión es "más frecuente en la mujer a partir de los 65 años", y que ahora mismo "hay un envejecimiento de la población" que da pie a que los casos aumenten.

Concurrencia de factores

Sandín recuerda que se combinan varios factores para que se produzca un aumento constante, y casi exponencial, de las muertes por enfermedades hipertensivas. El envejecimiento es el primero; la doctora incide en que "hay que analizar todas las franjas de edad" para ver cómo entre las personas más jóvenes estas dolencias apenas son la causa de un deceso. Al contrario, la población es cada vez más longeva: "La esperanza de vida no es ahora la de hace 35 años", recalca. Así, la alta frecuencia con la que aparece la hipertensión a edades avanzadas explica que cada vez sean más quienes padecen estas enfermedades y quienes, por tanto, pueden fallecer por esta causa.

Otra cuestión muy importante a la que apunta la cardióloga es la obesidad. "Los hábitos alimentarios son ahora muy diferentes a los de hace 35 años", incide. "El patrón dietético ha cambiado y cada vez se consumen más productos procesados o fabricados", con más azúcares y conservantes. También hay "peores hábitos de vida", con un mayor sedentarismo. Como conscuencia de estas dos últimas cuestiones la incidencia de la obesidad ha crecido de manera muy notable, y ese es un factor muy destacado para la aparición de hipertensión.

Pero además, Sandín cita otro aspecto: desde 1987 hasta la actualidad "han cambiado muchos los criterios diagnósticos", de manera que en la actualidad "es mucho más fácil" determinar que una persona padece hipertensión u otra enfermedad desencadenada por ella. Así, no es solo ya el hecho de que haya muchos más casos de esta patología por la mayor longevidad de la población y unos crecientes malos hábitos de vida, sino que también son muchos más los que se señalan correctamente y se recogen en las estadísticas. Unas cifras que, si bien no mienten, conviene analizar con detenimiento para poder comprender este aumento de las muertes por hipertensión.