tribuna

Las promociones de apartamentos y la difusión del clima de El Campello

Algunos folletos de las promociones de apartamentos que se anunciaban en la década de 1960 y que vendían más las bondades del clima que las calidades de la construcción.

Algunos folletos de las promociones de apartamentos que se anunciaban en la década de 1960 y que vendían más las bondades del clima que las calidades de la construcción.

Alfredo Campello

A día de hoy, cuando acudimos a la caseta de obras de una promoción inmobiliaria y pedimos información solemos recibir el listado de acabados y calidades y unos planos de distribución interior de la vivienda. Todo ello en una carpeta de cartón con una imagen generada por ordenador en la que podemos ver cómo quedará la urbanización una vez finalizada. Si queremos más seguramente nos proporcionen un enlace a la web de la promotora. Lejos quedan ya aquellas modernas oficinas de ventas con esos hermosos dibujos en las paredes de las promociones inmobiliarias, sus folletos y aquellas maquetas ante las que nos quedábamos embobados de niño.

Pero hubo una época anterior en la que los folletos promocionales de las viviendas costeras glosaban más las bondades del clima alicantino que las calidades de los materiales y los acabados de obra.

Gracias a una colección de folletos promocionales de los años 60-80 que guardó mi abuelo vamos a poder realizar un recorrido por las promociones de apartamentos de El Campello, especialmente los levantados en La Zofra en la década de 1960. Para completar este recorrido recurriremos a otras fuentes de información como folletos turísticos y, cómo no, el diario INFORMACIÓN.

Lo primero que nos llama la atención es que el lugar en el que se pretenden levantar varias promociones no aparece ni con el topónimo de La Zofra ni con el de Playa de Muchavista. El nombre utilizado es Playa de San Juan o directamente Alicante. El nombre de El Campello es obviado en casi todos.

Por ejemplo, en 1965 INFORMACIÓN incluía un anuncio de los apartamentos La Cumbre situándolos en «La Playa de Madrid: Alicante». Y decía más: «En la solana. Reposo. Y a 150 metros del mar. Con magníficas vistas de las playas de San Juan y Campello». En 1966 los Petrelda dotados de «agua corriente caliente y fría» se anunciaban «en primera línea [de la] Playa San Juan» con «precios de escándalo». Ese mismo año la promoción de Cabo Azul llamaba ya la atención sobre la escasez de terrenos en la costa y se anunciaba «en primerísima línea de la Playa de San Juan, con dos bahías como horizontes próximos». En cambio los apartamentos Mediterráneo se anunciaban «en la Playa Mucha Vista». La razón es sencilla, a pocos metros de allí se encontraba la vieja caseta de carabineros de Muchavista que daba nombre a la inmediata playa. Por decisión política, este topónimo acabó por extenderse a toda la playa de San Juan del término campellero.

Si en el diario INFORMACIÓN se promocionaban los apartamentos citando sus comodidades y ubicación, en los folletos promocionales, dirigidos mayoritariamente a compradores foráneos (nacionales o extranjeros), se hacía hincapié en el clima de El Campello y su buena comunicación.

Los apartamentos La Habana se promocionaron también con un folleto destinado al comprador francés en el que se citaban las palabras de Antoine de Saint Exupéry relativas al clima de Alicante. Se destacaba la tranquilidad de la «Bahía de Muchavista», la dulzor de su clima (24ºC de media y 300 días de sol al año) así como la magnífica visión que se tenía de la salida de la Luna reflejada sobre las aguas del Mediterráneo, lo cual he de decir que es absolutamente cierto. Supermercados a 200 metros, plataneras canarias junto a la piscina y los 25 kilómetros que los separaban del palmeral de Elche eran otros de los datos a destacar. «Compre hoy, mañana serán más caros», terminaban diciendo.

Los apartamentos Montealegre, situados detrás de la antigua Estación de San Juan (hoy parada del TRAM de Muchavista) promocionaban un «clima ideal en todas las épocas del año». Aun así, el salón venía equipado con «chimenea francesa».

El folleto de los apartamentos Gloria Mar es de los pocos que distinguen entre Playa de San Juan y Playa de Muchavista. En esta última playa aparecen situados, indicando claramente que están en «Campello (Alicante)». En un bonito y sencillo plano dibujado por mi abuelo se sitúan los apartamentos, las playas, así como el aeropuerto (de Rabassa, al parecer). De nuevo se destacan las temperaturas medias de día, de noche y del agua del mar (20ºC). Gracias a unas anotaciones a mano en el reverso del folleto sabemos, por ejemplo, que el termo eléctrico del baño costó 1.900 pesetas, la bañera 3.725 y los accesorios salieron por 444 pesetas. Una curiosidad de este bloque de apartamentos es que, en origen, el ascensor no llegaba hasta el último piso ya que la construcción de una caseta en la azotea hubiera tapado parte de las vistas al mar al desaparecido chalet Itxasauri, propiedad del gobernador Aramburu. Quizás para evitar enfados y molestias a la autoridad provincial, se dio su nombre a la actual avenida de Jaime I el Conquistador que recorre toda la playa de Muchavista. Y hablando de ascensores, el folleto de los apartamentos Colau destacaba entre los acabados su «ascensor de subida y bajada».

El folleto de la urbanización El Raspeig se anuncia con una foto del Hotel Gran Sol seguramente porque la torre de apartamentos, de estilo similar, no estaba aún construida. En el interior a doble página vemos una fotografía aérea de la urbanización todavía en construcción. «Toda la Bahía de la Playa de San Juan a sus pies. La promotora presumía de buenos precios «porque somos constructores-propietarios». De nuevo el francés era el idioma extranjero elegido, junto al español. Y si no estaba interesado en un apartamento, la promotora ofrecía chalets en La Font. Todo ello a 15 kilómetros del «Aeropuerto Internacional El Altet» y a 76 del Mar Menor, por si no tenían suficiente con la inmediata playa, supongo.

Al otro extremo de El Campello, sobre el puerto, encontramos los apartamentos La Isleta «con acceso directo en la mejor playa», hoy ya desaparecida. Su folleto, ilustrado con una maqueta, nada dice de acabados y calidades. Únicamente nos habla de la bondad del «clima en la Costa Blanca», el cual es «típicamente mediterráneo, suavizado por las alturas próximas que la separan del interior y que le sirven para que las borrascas procedentes del Atlántico (…) lleguen a ella debilitada». Todo ello ilustrado con un plano de relieves en blanco y negro donde aparecen situados los municipios circundantes. El folleto parece más bien un informe climático, seguramente destinado a los turistas extranjeros. Quizás por esto se destaca que la temperatura media es mejor que la de Niza y que «la extraordinaria benignidad de este clima permite en pleno invierno (…) la floración del almendro».

El último folleto ya es de la década de 1980. Se trata del conjunto residencial El Poblet, situado en Cala d’Or. Veinte años después nada se dice del clima de El Campello. El cliente, nacional o extranjero, ya no tiene interés en conocer las bondades climáticas de la Costa Blanca. Bien porque no le interesan, bien porque ya son de sobra conocidas. Un hermoso dibujo llena por completo portada y contraportada. El poco texto que contiene ya sólo nos habla –en perfecto castellano- de las características de la construcción.

Como hemos visto, a El Campello no solo le costó muchos años situar sus playas en el contexto provincial, también fue ninguneado como municipio en buena parte de los anuncios y folletos promocionales. Por otro lado queda claro que en la década de 1960 el principal mercado no era el provincial. Destacaba el nacional, especialmente el madrileño, pero sobretodo el turista francés al que iba destinada buena parte de la promoción climática. Primaba además la ubicación de los apartamentos. Las calidades de la construcción, según vemos, no eran tan importantes.

Hoy El Campello tiene su espacio en el mapa turístico de la Costa Blanca. Además de su clima que ya le viene dado, hoy el municipio ofrece al turista toda clase de servicios, haciendo de su estancia algo más que el disfrute del sol y las playas.