Locos por el juego ochentero

El local de «Holala Teatre» acogió la primera reunión de apasionados por los juguetes y «artilugios» con los que pasaban sus ratos de ocio los niños y niñas en las décadas de los 70 y 80, como estampas, cromos, chapas o canicas

Uno de los juegos que más llamó la atención fue un interesante estadio de «fútbol-chapas».

Uno de los juegos que más llamó la atención fue un interesante estadio de «fútbol-chapas». / LA CRÓNICA

R. C.

Interesante exposición interactiva, mucho público deseoso de rememorar viejos tiempos y niños «hiperatentos» para saber cómo funcionan esos «artilugios» para la gran mayoría desconocidos. El local «Holala Teatre», sito en la Avenida de Ausias March, acogió la primer reunión de los que se han venido en llamar «Locos por el juego ochentero», que incluía una interesante colección de juguetes de los años 70 y 80, además de ejemplares de «discman» y radio cassettes en perfecto estado de conservación, cromos, estampas, imanes o llaveros, entre muchas más cosas.

Es verdadera pasión la que siente por este mundo el organizador, Josemi Llorente (de Minimundo Campello Joven), que ya está en contacto con la juguetería «Trastos» para organizar una exposición de mayor enjundia en un espacio público, a la que se comprometió durante su visita el alcalde, Juanjo Berenguer.

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La muestra fue una oportunidad para el recuerdo. Cochecitos de metal, soldaditos de plomo coloreados a mano, comecocos, parchís, diábolo, yoyós, legos, canicas, chapas y figuras de personajes que acompañaron la niñez de esos años, como Mortadelo y Filemón o la abeja Maya. Naturalmente, no podía faltar una buena colección de Playmóbil, con todo tipo de vestimentas.

«El objetivo era que los niños se olviden del teléfono móvil por un rato, y sepan cómo nos divertíamos nosotros». Ellos se declararon sorprendidos al ver los vinilos y los cassettes, así como otros juguetes hoy llamados «retro», pero antaño integrados plenamente en el día a día de la infancia de aquel momento.

Se trata de juegos que desarrollan la imaginación, como las carreras con chapas de refrescos sobre circuitos dibujados en el suelo, o los duelos con las canicas, con las que también se puede organizar un partido de fútbol si se dispone de las miniporterías adecuadas.

Interesante, muy interesante. Una alternativa a todas luces «diferente y enriquecedora», como señaló el alcalde.