Una central solar permanece diez años abandonada en un enclave natural de Beneixama

Los propietarios están negociando su venta para ponerla en funcionamiento pero desde 2011 ni el Ayuntamiento ni el Consell han exigido que se desmantele

Pérez Gil

Pérez Gil

Una central fotovoltaica instalada en Beneixama lleva más de diez años abandonada y sin generar electricidad en las faldas de la sierra La Solana. En este enclave natural al que se accede por el camino de San Juan se acumulan toneladas de metal, hormigón y cableado. También en su día se realizó un importante movimiento de tierras para allanar la ladera montañosa y sortear la rambla que cruza esta zona forestal acotada por un vallado perimetral.

Los responsables de la instalación se han limitado a indicar a este diario que la obra se ejecutó de forma completamente legal tras obtener todos los permisos requeridos por parte de las diferentes Administraciones Públicas. Entre ellos una Declaración de Interés Comunitario, una DIC, tras la solicitud previa para el uso y aprovechamiento en suelo no urbanizable de actividades industriales o terciarias o de instalaciones para la generación de energía renovable, como es el caso.

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La planta solar abandonada desde hace más de diez años en las faldas de la sierra La Solana de Beneixama. / INFORMACIÓN

La inversión privada superó el millón de euros pero, una vez que el proyecto terminó de ejecutarse, no se permitió a los promotores que la energía se evacuara a la subestación eléctrica más cercana. Al parecer, y según fuentes municipales, la razón de tal negativa se debió a un exceso de la potencia eléctrica inicialmente acordada. Lo cierto es que desde entonces la planta se encuentra cerrada y sin actividad siendo objeto de diferentes robos de metales y componentes eléctricos, lo que ha llevado incluso a intervenir el Seprona para tratar de identificar a los autores.

La planta solar abandonada desde hace más de diez años en las faldas de la sierra La Solana de Beneixama.

La planta solar abandonada desde hace más de diez años en las faldas de la sierra La Solana de Beneixama. / INFORMACIÓN

La planta solar abandonada desde hace más de diez años en las faldas de la sierra La Solana de Beneixama.

La planta solar abandonada desde hace más de diez años en las faldas de la sierra La Solana de Beneixama. / INFORMACIÓN

De momento, ni el Ayuntamiento de Beneixama ni el Gobierno valenciano han actuado de forma oficial para solicitar el desmantelamiento de la malograda planta solar. Los propietarios han aducido en varias ocasiones estar en negociaciones con empresas interesadas en adquirir el complejo fotovoltaico para adecuarlo y ponerlo en funcionamiento. De hecho, siguen manteniendo el interés por venderlo. La estructura metálica donde se colocan los paneles se mantiene intacta y en la zona también hay una quincena de casetas de hormigón destinadas a la transformación y regulación de la energía obtenida. Sin embargo, los módulos solares fueron retirados años atrás para evitar que terminaran convirtiéndose en un preciado botín para los ladrones.

La planta solar abandonada desde hace más de diez años en las faldas de la sierra La Solana de Beneixama.

La planta solar abandonada desde hace más de diez años en las faldas de la sierra La Solana de Beneixama. / INFORMACIÓN

La planta solar abandonada desde hace más de diez años en las faldas de la sierra La Solana de Beneixama.

La planta solar abandonada desde hace más de diez años en las faldas de la sierra La Solana de Beneixama. / INFORMACIÓN

Los grupos ecologistas, sin embargo, ponen a esta central como ejemplo de lo que podría ocurrir cuando las decenas de fotovoltaicas que se pretenden instalar en la provincia dejen de ser útiles. Un proceso que se produce a los 25 o 30 años, que es el periodo de tiempo en el que pierden su rentabilidad. Por eso se advierte desde la Plataforma Stop Plan Solar Vinalopó que, de no ponerse límites racionales, la actual burbuja de las energias renovables generará un gran impacto ambiental en el futuro, a medida que las centrales solares vayan envejeciendo y se queden abandonadas, como esqueletos metálicos con materiales contaminantes, afeando el paisaje y generando una afección negativa a los enclaves naturales más cercanos.