El inicio de la expansión moderna de Alcoy

El Ensanche de Alcoy comenzó a surgir al trazarse la actual Alameda y se planificó en 1878 pero tardaría casi un siglo en ocuparse por completo

Vista del puente de San Jorge, cuya apertura fue el impulso definitivo a la urbanización del Ensanche de Alcoy.

Vista del puente de San Jorge, cuya apertura fue el impulso definitivo a la urbanización del Ensanche de Alcoy. / Juani Ruz

Alcoy es oficialmente una ciudad desde 1845, pero hay bastantes más razones para considerarla como tal. Su historia económica y demográfica bien han hecho que el municipio merezca tal condición desde hace ya mucho tiempo. El considerado primer censo oficial de población en España, de 1857, cifró en 25.315 los habitantes, tan solo 2.000 menos que Alicante. Y en esa época, en la que las urbes comenzaban a salir de sus intramuros, Alcoy no fue una excepción. La ingeniería civil, materializada en el puente de María Cristina, dio el impulso necesario para ello, al permitir salvar el cauce del río Barxell.

La zona de Alcoy actualmente conocida como el Ensanche se corresponde con la primera expansión moderna de la ciudad, superando los límites impuestos por la orografía. La construcción de la carretera de Xàtiva a Alicante, a partir de 1847, ya propició un crecimiento urbano a partir de este eje, en el entorno de lo que hoy son la plaza del Pintor Gisbert y la avenida del País Valencià. Pero gracias a los puentes, el citado de María Cristina y el de San Roque, Alcoy salió de la zona primigenia y se fue extendiendo.

Imagen antigua de la carretera de Xàtiva a Alicante, actual Alameda de Camilo Sesto de Alcoy.

Imagen antigua de la carretera de Xàtiva a Alicante, actual Alameda de Camilo Sesto de Alcoy. / INFORMACIÓN

Vista actual de la Alameda, aproximadamente en el mismo punto de la anterior imagen.

Vista actual de la Alameda, aproximadamente en el mismo punto de la anterior imagen. / Juani Ruz

Lo explica el historiador y edil del PP de Alcoy Gabriel Guillem, quien recientemente ofreció una conferencia sobre la formación del Ensanche alcoyano en la sede de la Asociación de Vecinos del barrio. Los asistentes pudieron así conocer que esa carretera de Xàtiva a Alicante, que se corresponde con la actual N-340, fue el eje que propició la aparición de las primeras construcciones nuevas a mediados del siglo XIX. Hasta entonces, esta había sido una zona de huerta donde solo había algunas edificaciones aisladas.

Casa del escultor Miguel Torregrosa, una de las primeras edificaciones del Ensanche de Alcoy.

Casa del escultor Miguel Torregrosa, una de las primeras edificaciones del Ensanche de Alcoy. / INFORMACIÓN

El mismo lugar en la actualidad, en el chaflán de la Alameda con la calle Isabel la Católica.

El mismo lugar en la actualidad, en el chaflán de la Alameda con la calle Isabel la Católica. / Juani Ruz

Eso sí, aquel primer crecimiento urbano fue un tanto disperso, con algunos grandes chalés junto a la carretera y varios inmuebles industriales, estos últimos más al principio de lo que en la actualidad es la calle Els Alçamora. Pero en 1878 se aprobó un proyecto de Ensanche, a la manera de las grandes ciudades de entonces, que preveía extender el casco urbano alrededor de lo que hoy es la Alameda, en una perfecta retícula, en todo el espacio que dejaban los cauces de los barrancos de Soler y Benissaidó y el río Riquer, y la ladera de la montaña por el norte.

Una ocupación lenta

Las manzanas rectangulares del nuevo parcelario se fueron trazando ya a partir del último cuarto del siglo XIX, pero el Ensanche de Alcoy "costará mucho de ocupar y colonizar", señala el historiador y edil. Guillem hace referencia a fenómenos como el estancamiento demográfico que tuvo la ciudad en esta época, con altibajos en torno a los 32.000 habitantes. Además, la carretera general, la actual Alameda, seguía siendo la única conexión moderna entre el núcleo tradicional y la zona de expansión, lo que equivalía a dar un gran rodeo.

El historiador y concejal Gabriel Guillem señalando el Ensanche alcoyano desde el Pontó de Sant Jaume.

El historiador y concejal Gabriel Guillem señalando el Ensanche alcoyano desde el Pontó de Sant Jaume. / Juani Ruz

Así las cosas, el Ensanche de Alcoy permaneció prácticamente vacío durante varias décadas, casi que únicamente con aquellos primeros chalés de estilo regionalista de la Alameda, de los que aún sobreviven apenas un par de ejemplos a día de hoy. No obstante, comenta Guillem, "como curiosidad, ya entonces se dio nombre a todas las calles", y algunas de esas denominaciones han perdurado hasta la actualidad. Aún estaba prácticamente todo sin urbanizar cuando, en la década de 1920, el célebre arquitecto alcoyano Joaquín Aracil Aznar propuso trazar calles diagonales, una idea que no prosperó.

Viviendas conocidas como "les Cases Roges", en la calle Pintor Cabrera.

Viviendas conocidas como "les Cases Roges", en la calle Pintor Cabrera. / Juani Ruz

"La gran obra que hace que todo se llene es el puente de San Jorge", que a partir de 1931 unió directamente el casco histórico y el Ensanche. Será desde ese momento cuando la zona crezca y surjan promociones de viviendas que a día de hoy siguen llamando la atención, como "les Cases Roges", entre las calles Pintor Cabrera y Anselm Aracil. Y más tarde, ya en la segunda mitad del siglo XX, edificios de corte brutalista en el entorno de la Rosaleda. Sería ya en esta época cuando se terminaría de ocupar finalmente este espacio, en el momento en que el crecimiento demográfico dio un nuevo impulso y la ciudad continuó extendiéndose por Santa Rosa y la Zona Norte, áreas contiguas a este primer Ensanche tan avanzado para la época. 

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