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Reparto de alimentos de entidades socialesHéctor Fuentes/David Revenga

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Las entidades sociales prevén un otoño catastrófico por el aumento de la pobreza

Incertidumbre entre las plataformas de ayuda de la provincia de cara a 2023 por el aumento de la inflación; y máxima preocupación entre los usuarios. El Banco de Alimentos advierte que no llegará leche de Europa

"El día 15 de cada mes se nos acaba la paga. Vivimos de alquiler porque la vida nos ha golpeado con enfermedades y embargos, y la situación nos preocupa. Lo primero es pagar el piso, la luz y el agua, y después hasta donde lleguemos. Para comer, mucha sopa de fideo, pasta, arroz y dos o tres veces al mes carne picada y poco más. En cada reconocimiento médico nos encuentran déficit de vitaminas pero es lo que hay. Lo de Ucrania ha jorobado el doble porque todo ha subido entre 20 céntimos y 1 euro como poco, antes con 20 euros hacías la compra y ahora no tienes para nada. Y este invierno a calentarse con mantas, nada de estufas. La situación nos preocupa. Después de toda una vida trabajando, ya jubilado, me veo en algo que de pequeñita mi madre tuvo que pasar".

Como el testimonio de Rafael Llopis, un jubilado por encima de los 70 años que acude junto a su mujer a buscar alimentos a la cola de las ong que hacen repartos, hay cientos.

"Antes con 20 euros hacías la compra y ahora no tienes para nada. La situación nos preocupa. Después de toda una vida trabajando, ya jubilado, me veo en algo que de pequeñita mi madre tuvo que pasar"

Rafael Llopis . Jubilado. Acude a recoger alimentos

Entre las entidades sociales que ayudan a familias y personas desfavorecidas existe preocupación y temor a un otoño-invierno catastrófico por el aumento de la pobreza y una gran incertidumbre de cara a 2023 por la disparada inflación tras un verano en el que las colas del hambre no han bajado.

Las ong temen una mayor demanda ante el previsible aumento del desempleo con el final de la temporada turística y una guerra que se alarga en Europa. "Si sigue el conflicto demasiado tiempo y continúan viniendo inmigrantes de aquella zona y de África puede desbordarse la situación. El año 2023 es una auténtica incógnita", señala Juan Vicente Peral, director del Banco de Alimentos de Alicante.

De entrada, esta entidad advierte que Europa ha comunicado que no enviará a partir de enero leche en los lotes de ayuda del Fondo de Ayuda Europea para los Necesitados (FEAD), por las dificultades del mercado a causa del aumento del precio de energía que está arruinando la industria ganadera.

El Banco de Alimentos realizará en este arranque de septiembre un reparto del acopio que han podido realizar en agosto mientras esperan la llegada de la segunda fase de ayuda europea, a finales de mes, con un millón y medio de kilos para sus almacenes (que después se entrega a entidades colaboradoras para su distribución a las familias)y otro tanto para Cruz Roja. Entre ambos atienden a cerca de 90.000 beneficiarios en situación de pobreza en la provincia de Alicante. Antes de la pandemia los atendidos eran unos 60.000. Una presión que se mantiene por los desplazados de la guerra en el Este de Europa.

En noviembre se celebrará la gran recogida y con ello esperan cubrir las necesidades de las familias más desfavorecidas el cuatrimestre, "pese a que la presión que hay es importante y que puede empeorar al acabarse el verano y el turismo", señala su director, Juan Vicente Peral.

"El año que viene se presenta más complicado porque la Unión Europea no va a entregar un solo litro de lechecuando representa casi un 40% del total de productos que se entregan al año. Los problemas de la industria ganadera son tan graves que no se han atrevido a licitar la leche para el año que viene".

"El año que viene se presenta más complicado porque la Unión Europea no va a entregar un solo litro de leche. Los problemas de la industria ganadera son tan graves que no se han atrevido a licitar la leche para el año que viene"

Juan Vicente Peral . Director del Banco de Alimentos de Alicante

En verano han tenido que atender de urgencia las necesidades de familias ucranianas, principal diferencia con respecto otros años, explica María Boyer, coordinadora de las 152 Cáritas parroquiales de la provincia, que ya inician los preparativos de las ayudas de libros, material y comedor escolar para los niños de familias con escasos recursos en la vuelta a las clases.

Cáritas atienden con fondos propios las necesidades. "Si aumenta el número de familias la atención no puede ser tan integral", explica sobre un crecimiento de la demanda en los próximos meses. Actualmente atienden a unas 10.000 familias.

"Septiembre viene muy marcado por el inicio del curso y supone un añadido de gastos escolares, de comedor, libros de te, uniformes y otros materiales"

María Boyer . Coordinadora de Cáritas Parroquiales

Aunque teóricamente el Banco de Alimentos cierra en agosto, este año han mantenido servicios mínimos porque hay plataformas que generan mermas de producto que no pueden vender por fecha corta, señala el director de la entidad. "En agosto también se come y hay que aprovechar ese producto que podría caducar estúpidamente habiendo la necesidad que hay".

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Asociaciones de reparto de alimentosHéctor Fuentes

Fondos propios para comprar comida

Sin embargo, la comida del Banco de Alimentos no ha llegado a todas las ongs. Las hay que a lo largo del verano se han gastado más de 15.000 euros de fondos propios para comprar comida y productos de higiene, de cara a mantener la cobertura a las familias que atienden. Las colas para la recogida a la puerta de estas entidades se han duplicado "y hay días terribles", señala su presidenta María José Solbes. Decidieron, este mes de agosto, realizar las entregas cada 15 días en lugar de semanalmente pero la demanda se ha multiplicado.

Entre los alimentos que han tenido que comprar, leche, atún, pasta, arroz, tomates. De lo que les dio el Banco de Alimentos solo les queda la macedonia de frutas y alubias. "No ha bajado la presión. Desde enero hasta ahora hemos entregado más de 51.000 kilos de comida y hemos atendido a más de 6.000 personas, de ellas 1.243 en julio y agosto", explica.

Esta entidad recibe una subvención de unos 10.000 euros y el resto se autofinancia, con aportaciones voluntarias de los socios, que ya se quedan cortas, de ahí el llamamiento a la solidaridad. "Damos comida y bolsas de higiene que compramos para completar lo que nos llega del Banco de Alimentos, que ya se acabó hace dos meses".

Cuando empezó el confinamiento la demanda se les multiplicó por cuatro y así se mantiene, y no cesan de recibir a familias de Ucrania que envía el Ayuntamiento, "y hay muchas más a las que no llegamos". Son personas que derivan desde los centros sociales y de salud.

"En Alicante hay mucha pobreza. Tememos que empeore en los próximos meses y se dispare la presión. Va a ser un otoño complicado. Para empezar el coste de la leche es brutal"

María José Solbes . Ong Despensa Solidaria

"En Alicante hay mucha pobreza. Tememos que empeore en los próximos meses y se dispare la presión. Va a ser un otoño complicado. Para empezar el coste de la leche es brutal y de bebé hace mucho que no nos entra", señala Solbes, que recuerda que cuando iniciaron esta labor, hace 14 años, eran muy pocas entidades de ayuda y ahora se han multiplicado. De hecho, Despensa Solidaria hacía más actividades pero en un momento determinado se volcó más a los alimentos.

Yulia Gulzhnyk es una ucraniana que hace cola para recoger comida con su niño. Explica que recibe "ayuda de alimentos y de mujer maltratada pero son 450 euros solo para el alquiler", de ahí que esté realizando cursos para obtener un trabajo.

"Estamos el doble de personas en la cola para recibir alimentos. Es preocupante"

Yulia Gulzhnyk . Persona en la cola para recibir alimentos

A Silvana Macías, venezolana que lleva tres años en España con sus hijos de 6, 15 y 17 años, lo que más le preocupa es "la parte de los servicios". Es decir, el aumento del precio de la electricidad.Este verano, por poner un aparato de aire portátil durante "dos o tres horas" al día, han pagado 220 euros de factura frente a los 45 euros habituales, seis veces más. "Y lo que viene ahora con los útiles escolares", señala sobre la vuelta al cole.

"Hemos pagado seis veces más de luz y lo que se viene encima con los útiles escolares"

Silvana Macías . Persona en la cola de alimentos

Para los mayores se apaña con libros y material cedido pero el pequeño lo necesita todo nuevo, aunque tiene la ayuda del cheque libro. La familia acaba de recoger la tercera entrega autorizada de ayuda alimentaria y para la siguiente tendrán que volver a pasar por la trabajadora social, lo que "se dilata en el tiempo".

Pese a las penurias, está contenta porque "solo pisar aquí fue para bien. La situación es difícil pero nada que ver con lo vivido allí", señala sobre su país.

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Nuevas caras en las "colas del hambre"Rafa Arjones

La ong Reacción Solidaria está alarmada porque a mitad de octubre se quedarán sin alimentos ya que les quedan muy pocos y auguran un otoño "francamente complicado". "Estamos notando la necesidad que hay. Están llegando muchas familias no solo ucranianas, también de Venezuela y Colombia que necesitan alimentos", explica Miriam Albaladejo, responsable de reparto. Atienden del orden de 25 familias a la semana porque no tienen capacidad de llegar a más, que les deriva Pangea, oficina de atención a personas migradas del Ayuntamiento de Alicante.

Reparto de comida en Reacción SolidariaHéctor Fuentes

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Entregan comida a familias desfavorecidas y a sintecho de la ayuda europea, así como de donaciones de particulares y empresas, "y nos va a tocar movernos porque tenemos muchos gastos". Entre las que ayudan, la EUIPO. También tienen ropero para que personas que lo necesitan puedan acceder a este recurso.

Cruz Roja

Pese a la gran necesidad, la entidad quiere destacar que los mecanismos de ayuda articulados por las administraciones les han ayudado a reducir la alta presión estos últimos meses. Por ejemplo, larenta valenciana de inserción; el ingreso mínimo vital; talleres de educación financiera y ahorro domestico de empresas y entidades financieras; bonos digitales para colectivos vulnerables; y el bono social eléctrico que amplía levemente el tope de ingresos económicos que deben tener sus beneficiarios y que mantiene el derecho a acceder a él para todas las familias numerosas, sean cuales sean sus niveles de renta.

Así como donaciones en formato tarjetas monedero para cobertura de necesidades básicas en supermercados, explica Sandra Zambrana, responsable provincial de Extrema Vulnerabilidad y Personas Migrantes de Cruz Roja.

Con ello, han logrado reducir el número de entregas económicas de suministros, primera necesidad y alimentación, y el número de beneficiarios finales e intervenciones totales. Como ejemplo, los usuarios han pasado de 6.852 en 2021 a 5.316 en el primer semestre de este año; y las actuaciones de 29.576 a 22.414. Ahora falta por saber lo que ocurrirá en los próximos meses y si esas cifras se tuercen.

"Somos consciente de que para la mayoría de familias, no sólo para aquellas en una situación de desventaja social, es un esfuerzo hacer frente al incremento en las facturas por subidas de la luz, gasoil, de bienes de consumo…"

Sandra Zambrana . Responsable provincial de Extrema Vulnerabilidad y Personas Migrantes de Cruz Roja

De cara a los meses venideros, Cruz Roja es consciente de que para la mayoría de familias, no sólo para aquellas en una situación de desventaja social, es un esfuerzo hacer frente al incremento en las facturas por subidas de la luz, gasoil, de bienes de consumo… "Si para todos resulta difícil lo va a ser más para las personas vulnerables. No podemos predecir qué impacto tendrá esto en las personas estas subidas en los próximos meses, pero desde Cruz Roja permanecemos alerta constantemente a las necesidades sociales y trabajamos líneas para paliar esas problemáticas, haciendo un trabajo de valoración constante sobre cómo poder mejorarlas para minimizar al máximo el impacto negativo en las familias. Para ellos, no sólo se efectúa reparto de alimentos y entregas de bienes o ayudas de alquiler, sino que también se trabaja mucho en la orientación. En enseñar a aminorar el gasto de la luz, en aprender a gestionar más eficientemente el consumo y a gestionar el bono social, entre otros", señala Zambrana.

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