Somos terreta

Hacia la construcción de un «nosotros» alicantino

Mi proyecto parte de la provincia pero la entiende como una suma de potentes comarcas, con una marcada idiosincrasia y personalidad.

Antonio Adsuar

Antonio Adsuar

Últimamente, cómplice lector, me gusta variar el enfoque y el tono de mis artículos; ¿será la primavera y el cercano fin de curso?

Tras algunas piezas más centradas en la historia y una contribución más literaria, «Alicante y la primavera», hoy quiero lanzar una propuesta cívica importante, un proyecto de futuro de calado.

Como has podido comprobar ya en el título de este texto me propongo plantearte hoy, a ti y a todos los que compartimos esta Terreta alicantina nuestra, una tarea colectiva: la construcción de un comunidad alicantina unida de manera más efectiva, la creación de un «nosotros alicantino» más vertebrado.

Esta propuesta mía tiene una relación evidente con otros artículos que os he ofrecido en este periódico, por ejemplo está muy directamente relacionada con la reflexión que puse en juego en «¿Quién es alicantino?».

Amigas y amigos, a mi modo de ver alicantino es todo aquel que reside en la provincia de Alicante, que convive con nosotros en esta Terreta soleada y tan próspera.

Son por lo tanto casi dos millones de ciudadanos aquellos a los que me gustaría convocar a generar un nuevo «proyecto sugestivo de vida en común», por expresarlo con Ortega y Gasset.

Veamos un poco más en firme lo que quiero decir, déjame que concrete y avance detallando mejor mis ideas.

Lo que estoy proponiendo es la creación de una comunidad de ciudadanos, de una sociedad alicantina más unida que supere la histórica «maldición alicantina», que no es otra que la desunión.

Somos, lo analicé en otro artículo, una tierra de polis, de ciudades medianas que hacen la guerra por su cuenta. Esta ha sido la característica de esa tierra de frontera poco articulada por siglos.

Me gustaría proponer la superación de estos males seculares con la construcción de un «nosotros» cívico.

Idea alicantinista

Esta idea alicantinista que estoy poniendo en juego en modo alguno va contra la Comunidad Valenciana. Mi proyecto parte de la provincia pero la entiende como una suma de potentes comarcas, con una marcada idiosincrasia y personalidad.

Estoy totalmente en contra del secesionismo «alicantonalista» y de la propuesta del «sureste». Desde que nos sumamos al territorio valenciano con nuestra incorporación al Reino de Valencia en 1304, este ha sido nuestro marco de convivencia primero, articulado en Comunidad Autónoma en virtud de la aprobación de la Constitución de 1978.

No deseo fomentar la división, no van por ahí los tiros.

Es la mía una apuesta alicantina integradora, pensada en el contexto de una España plural, democrática y federal que habita dentro de la Unión Europea.

Pues bien, dibujada ya esquemáticamente la propuesta de base veamos, veamos: ¿con qué elementos contamos ya para empezar a articular nuestro «nosotros alicantino» mejorado?

Destacamos como una provincia potente económicamente y somos la quinta demarcación más poblada de España. Somos importantes como conjunto pero no actuamos unidos, no nos comportamos como un todo y por este motivo no podemos alcanzar nuestro verdadero potencial.

Como alicantinos votamos ya que nuestros ciudadanos está representados por los diputados elegidos por la circunscripción electoral de la provincia de Alicante.

Nuestros doce diputados en el Congreso y nuestros treinta y cinco en las Cortes Valencianas representan ya al «nosotros alicantino» en sus respectivos parlamentos.

Contamos también con una importante institución común, la Diputación de Alicante. Con más de dos siglos de implantación nuestra Diputación, como han señalado estudiosos como el profesor de la UMH José Antonio Pérez Juan, ha contribuido enormemente a hacer avanzar nuestra Terreta.

No son pocos los elementos de base, de partida, con los que contamos para la articulación de una sociedad alicantina más cohesionada, que se conozca más a sí misma y defienda de manera colectiva mejor sus intereses.

Muchas de las propuestas que aquí estoy deslizando, atento lector, ya las plasmé en 2018 en mi blog cuando propuse un «decálogo para un nuevo alicantinismo» (https://alicantinismo.com/decalogo-del-nuevoalicantinismo).

Pero concretemos aún más nuestra apuesta de futuro, vayamos un paso más allá. Adelante.

Creo que esta idea que estamos sugiriendo debe ser impulsada sobre todo desde la sociedad civil. Lamentablemente, en muchas ocasiones los políticos viven demasiado en el corto plazo y un proyecto como el que propongo necesita de tiempo para ponerse en marcha de verdad.

¿Cuántas veces han fracasado esquemas sociales similares como el ya famoso triángulo Elche-Alicante-Santa Pola? Si no queremos quedarnos anclados en el día de la marmota hace falta más implicación de los alicantinos de a pie, de las clases medias con visión de futuro.

Solo mirando hacia adelante podremos construir este «nosotros alicantino» con el que cabría soñar.

Alicantinidad abierta

Los ciudadanos podrían adscribirse libremente a esta «alicantinidad abierta» que estoy proponiendo. Una alicantinidad basada en el cosmopolitismo, en la pertenencia indudable a la Comunidad Valenciana desde un marcado acento sur y en el fomento de una España plural y solidaria.

De la misma forma que la ciudadanía de la Unión Europea se añade a la ciudadanía de cada Estado miembro, esta «alicantinidad» que queremos construir se sumaría a las demás identidades ya existentes, sin menoscabo de ninguna de ellas.

Queremos una alicantinidad que sirva para unir, un nuevo alicantinismo que no vaya contra nadie, que sea una herramienta útil de construcción de una Comunidad Valenciana y una España mejor.

Antes de ir concluyendo me permito poner sobre la mesa algunas actuaciones aún más concretas basadas en el campo de la cultura, que es el que como profesor e historiador más conozco.

El Instituto de cultura de la Diputación de Alicante, el Juan Gil-Albert, podría lanzar una línea de publicaciones basada en el estudio y fomento de la alicantinidad y el alicantinismo. Tal vez esta nueva línea podría vehicularse en una revista o a través de la convocatoria de ayudas a la investigación centradas en estos temas alicantinos.

Así mismo, considero interesante que el Gil-Albert construya un sitio web donde se acumulen materiales pedagógicos sobre historia local, comarcal y provincial que ya se estén usando en nuestros centros educativos de primaria y secundaria.

El objetivo de estas dos últimas iniciativas que he querido compartir con vosotros es el mismo: la generación de un relato común alicantino que sirva como base para vertebrar mejor nuestra Terreta.

Mi trabajo de todos estos años, tanto el desarrollado en mi blog como el contenido en las publicaciones en periódicos, tanto el articulado entorno a la organización de charlas, debates y tertulias como alrededor de la publicación de libros y artículos más divulgativos va en esta línea, tienen esta intención.

Finalmente, sería interesante recuperar el «Día de la provincia». Me consta que se llegó a celebrar algunos años pero considero que no se le dio un contenido histórico mínimo y en lo referente al relato tampoco fue lo suficientemente potente.

Prueba de ello ha sido la falta de continuidad de esta celebración, que ha caído en el olvido. ¿Qué fecha se podría escoger?, ¿qué ciudades fuera de Alicante podrían albergar este evento?, ¿qué contenido cívico se le podría dar a este día de celebración de nuestro «nosotros alicantino» ?

Hay mucho que debatir y proponer y como siempre digo (¡sé que soy pesado!) hay mucho trabajo por hacer.

De todo esto estaremos hablando el martes 23/5 a las 19h en la librería 80 mundos, donde ofreceré una reflexión más detallada bajo el título «Diputación de Alicante y construcción de un nosotros alicantino».

Convocado quedas amable lector.

Trabajar por una Terreta mejor, por un Alicante más vertebrado y cohesionado, es tarea de todos. En mi opinión, sembrar en pos de la construcción de un «nosotros alicantino» más unido socialmente sería beneficioso para todos.

¿Aceptamos el reto?