El cierre de la cantina del IES Cavanilles de Alicante deja sin almuerzo a más de 1.700 alumnos

La empresa concesionaria deja de prestar el servicio también en los institutos Montserrat Roig de Elche y José Marhuenda de Pinoso

Los alumnos del Cavanilles se han quedado sin cantina y se llevan el almuerzo de casa

Los alumnos del Cavanilles se han quedado sin cantina y se llevan el almuerzo de casa / Áxel Álvarez

J. Hernández

J. Hernández

Los más de 1.700 alumnos del IES Cavanilles de Alicante se quedan por ahora sin cantina en el centro. La empresa concesionaria dejó de prestar anteayer este servicio, de ahí que la dirección del centro haya enviado un correo a la comunidad educativa informando del cierre de este establecimiento hasta nuevo aviso. Desde ahora, los alumnos tendrán que llevarse el bocadillo o el táper de casa con el almuerzo o la merienda si quieren tomar algo en el tiempo de descanso, sobre todo los menores, pues por la mañana hay estudiantes que tienen entre 12 y 18 años. También los profesores se ven afectados.

La misma empresa que lleva la cantina en este centro ha cerrado también las que gestionaba en los institutos Montserrat Roig de Elche y José Marhuenda de Pinoso, en la provincia de Alicante; y también ha cesado el servicio que tenía en concesión en otros cinco institutos de la provincia de Valencia. En cambio, asegura que sigue dando servicio en otros nueve institutos de la provincia de Alicante (sitos en Altea, Bigastro, Callosa de Segura, Cocentaina, Elche, Sant Joan, Crevillent, Torrevieja y Catral); y en otros siete de la provincia de Valencia, según explica su departamento de comunicación.

«Es un problema generalizado. Los chavales se quedan sin almuerzo», señala Rafael Herrero, director del instituto Cavanilles de Alicante. 

La realidad es que no es una situación nueva. En septiembre este diario publicaba que los impagos amenazaban la continuidad de once cantinas de institutos este curso. Que el retraso de los pagos a trabajadores y proveedores por parte de la empresa adjudicataria del servicio se prolongó durante todo el verano, afectando a más de 20 empleados y 10.000 alumnos y profesores y que en julio motivó la intervención del Consell, que inició un procedimiento para rescindir el contrato con la empresa que gestiona las cantinas. Sin embargo, le fueron adjudicadas otras cuatro.

Conselleria de Educación

Consultadas al respecto, fuentes de la Conselleria de Educación señalaron ayer que con esta empresa hay varios expedientes abiertos para rescindir los contratos por incumplimiento; y que varios están en Abogacía de la Generalitat.

Además, varios trabajadores han presentado denuncia por impagos ante la Inspección de Trabajo y en los juzgados. Entre ellos la última empleada de la cantina del Cavanilles, que asegura que este miércoles, cuando ya había hecho los bocadillos de los alumnos, recibió un SMS de la Seguridad Social causando baja el viernes anterior por lo cual habría estado varios días trabajando sin estar dada de alta, aparte de que «empecé a trabajar en abril y desde mayo no me han pagado. Me despiden sin aviso, ni carta de despido ni indemnización». Asimismo, considera que Educación no hace lo suficiente para retirar las concesiones a esta empresa «que tenía desabastecidos a los institutos. Están al tanto pero no actúan». 

En cambio, desde el departamento de Comunicación de la mercantil afirmaron que la empresa siempre ha notificado cuando debía las salidas y despidos de los trabajadores; y que cuando ganaron la licitación se encontraron con un panorama «de economía sumergida brutal y de connivencia con los centros porque antes se asignaban a dedo las cantinas. Ilitia mantuvo los trabajadores de antiguas concesiones pero todo han sido palos en la rueda. Era inviable llevar cantinas en la forma en que se había propuesto y se ha negociado el cierre».