La reforma del restaurante del Parque Municipal de Elche se resiste un año después de adjudicarse el contrato

Urbanismo asegura que la concesionaria está «ultimando» el proyecto para comenzar la reforma para reabrir el local y que aún tiene que contar con el visto bueno de Cultura

El restaurante del Parque Municipal, vallado a la espera de las obras para su reapertura. | ANTONIO AMORÓS

El restaurante del Parque Municipal, vallado a la espera de las obras para su reapertura. | ANTONIO AMORÓS / a.fajardo

A. Fajardo

A. Fajardo

Rescatar el restaurante del Parque Municipal, una concesión del Ayuntamiento cerrada desde 2018, está costando más de lo deseado. La empresa que se adjudicó la explotación del local del corazón del Palmeral hace ya año sigue perfilando el proyecto para poder iniciar las esperadas obras.

Un acceso al local que todavía conserva su antiguo nombre. | ANTONIO AMORÓS

Un acceso al local que todavía conserva su antiguo nombre. | ANTONIO AMORÓS / a.fajardo

Los empresarios que decidieron embarcarse en el desafío de devolver a la vida y durante 25 años las malogradas instalaciones habían previsto el inicio de la reforma para el pasado mes de marzo. Sin embargo, los trámites continúan su curso en el Ayuntamiento y nadie se atreve a dar ya fechas estimadas del comienzo de los trabajos, ni desde el equipo de gobierno, ni desde la concesionaria.

«Están ultimando el proyecto», aseguró la edil Ana Arabid, quien está al frente de los departamentos de Urbanismo y de Aperturas, los dos que tienen que dar licencia a la mercantil. Según la concejala socialista, los concesionarios del local están trabajando codo con codo con los técnicos municipales de ambas áreas para agilizar la tramitación y evitar subsanaciones posteriores.

Sin embargo, una vez logrado el visto bueno del Ayuntamiento, el futuro restaurante tendrá que contar con el necesario beneplácito de la Conselleria de Cultura, porque está enclavado en el área reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Mientras tanto, las instalaciones permanecen desde principios de año valladas para evitar la entrada de más personas a su interior y también se ha realizado una limpieza de enseres y de basura. Y es que en los últimos meses han sido varias las visitas que han tenido que realizar los técnicos, según la edil de Urbanismo, para realizar las mediciones y comprobaciones pertinentes.

El equipo de gobierno logró hace 14 meses quitarse de encima un quebradero de cabeza ofreciendo una drástica rebaja en el canon -fijado en 44.000 euros al año- que recibirán las arcas municipales por la explotación de un restaurante que en licitaciones anteriores no había interesado a nadie.

El departamento de Promoción Económica decidió bonificar en un 95% la tasa que tendrán que pagar los concesionarios durante la primera década y en un 50% desde undécimo hasta el vigésimo quinto año.

El equipo de gobierno quiso apostar por esta fórmula para compensar a los propietarios la elevada inversión que tienen que realizar en el degradado inmueble, valorada en dos millones de euros.

Superado aquel difícil reto y encontrada a la empresa que quisiera quedarse con este proyecto (el grupo Aurea), ahora, y a dos semanas para que acabe el mandato político, las miradas están puestas en la entrada de las máquinas y de los trabajadores al local.

Previsiones

Una de las últimas previsiones que hizo pública la empresa fue que las obras pudieran durar entre seis u ocho meses. El objetivo de sus impulsores es ofrecer servicio a diario (el restaurante contará además con cafetería), pero también para eventos, una de las enseñas del anterior restaurante donde se celebraban bodas, bautizos y comuniones, por lo que habrá espacios reservados para celebrar incluso ponencias.

Y es que además de la planta, el establecimiento cuenta con un gran sótano. Una carta con los llamados «productos de kilómetro cero», es decir, de la tierra, autóctonos, formará parte de la filosofía de este restaurante (tal y como exige el pliego de condiciones del contrato). Otras de las características que tendrán las instalaciones, tal y como ya desvelaron, es que estarán rodeadas de una gran cristalera y de vegetación en su interior.

Además, se apostará por la eficiencia energética y está previsto que se formalice un convenio de colaboración con una escuela de cocina. Con ello, la intención de los futuros inquilinos del restaurante del Parque es dar un giro total al negocio, sobre todo, en cuanto a la imagen y el diseño respecto a lo que fue aquel «Dátil de Oro» gestionado por una coooperativa que bajó la persiana definitivamente en enero de 2018 tras entrar en concurso de acreedores.