Manuel Olcina dirigiendo las excavaciones en Lucentum. información

Manuel Olcina Doménech se licenció en Arqueología por la Universidad de Valencia en 1983. Es director del MARQ (Museo Arqueológico Provincial) desde 2006. También es académico correspondiente del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid y miembro del Patronato del Museo Arqueológico Nacional.

Ha realizado excavaciones en muchos yacimientos arqueológicos (Pompeya, Sagunto, El Campello, etc.), pero se ha especializado en Lucentum, donde dirige las excavaciones desde 1990, cuando su maestro Enrique Llobregat era director del museo provincial. Puede decirse, por tanto, que es el mayor experto en Lucentum, junto con sus compañeros Antonio Gilabert y Eva Tendero.

El pasado 1 de septiembre dieron comienzo las excavaciones veraniegas en las ruinas de Lucentum. «Seguir excavando Lucentum es importante para conocer con precisión su historia y resolver problemas concretos, como por ejemplo la localización de una puerta», afirma.

Lucentum era el nombre que los romanos le dieron a la ciudad que conquistaron en el Tossal de Manises, en la Albufereta. Una ciudad que las legiones destruyeron y que había sido levantada por los cartagineses. Pero, ¿qué nombre tenía esta ciudad púnica? Durante muchos años se dio por seguro que se trataba de Akra Leuka, siendo uno de los principales defensores de esta teoría el cronista Figueras Pacheco. Pero luego fue descartada esta posibilidad por especialistas como Enrique Llobregat. En la actualidad, son varias localidades españolas las que se disputan el honor de contar en sus municipios con las supuestas ruinas de Akra Leuka, la ciudad fundada por el padre de Aníbal Barca.

Precisamente sobre Akra Leuka trata la tesis en la que Olcina lleva trabajando desde hace años. «Quiero terminarla este año y leerla el año que viene», dice. Para su investigación no se ha conformado con consultar las fuentes secundarias, sino que ha recurrido directamente a las fuentes primigenias. Su conclusión es que, en la actualidad, no se puede descartar ni afirmar con rotundidad que Akra Leuka fuera la ciudad que después pasó a llamarse Lucentum. «Falta la prueba definitiva para tener la certeza absoluta», pero se inclina por creer que efectivamente fue así porque existe una mayor carga argumental a favor de esta hipótesis, como la homonimia del lugar (Akra Leuka en griego y Lucentum en latín -pronunciada Lukentum- tienen un significado similar: promontorio blanco) o la cronología (la ciudad cartaginesa sobre la que se levantó la romana Lucentum fue fundada hacia el 230 a. C. y se sabe que Amílcar Barca fundó Akra Leuka en 231 o 232 a. C.).

Olcina insiste en que falta el dato cierto que corrobore la hipótesis, al estilo de las inscripciones aparecidas en las ruinas de Sagunto con el nombre de la ciudad romana: Saguntum; si bien es cierto que no siempre ha sido necesaria una prueba epigráfica, como ocurrió por ejemplo en la Alcudia de Elche, donde no se ha hallado ninguna inscripción en la que se diga que se trata de la antigua ciudad romana de Ilici y sin embargo todo el mundo lo da por seguro debido a la acumulación de datos.

Conocer la historia de la ciudad

Olcina sostiene que es fundamental conocer el pasado de las ciudades por ser una herramienta importante. «Somos el producto de la Historia. ¿Por qué Alicante es así y no de otra manera? Ha habido épocas en que Alicante ha vivido al ritmo de su tiempo; en otros momentos, no», y pone como ejemplo de esto último la primera imprenta alicantina, que se instaló en la ciudad 200 años después de que llegara el invento a España.

«No entiendo cómo se puede hablar del futuro sin conocer el pasado. Conociendo la historia tendremos elementos de juicio importantes para juzgar la actualidad y planear el futuro».

Olcina insiste en lo importante que es conocer los errores cometidos en el pasado para no repetirlos en el presente ni al proyectar el futuro. Errores como los cometidos en las décadas de 1960 y 1970, cuando se atentó contra la imagen del principal icono histórico de la ciudad, el Benacantil y el castillo de Santa Bárbara, con la construcción de un rascacielos que desfiguró la personalidad de la ciudad. «¿Podemos imaginarnos un rascacielos junto al acueducto de Segovia o a la muralla de Ávila?».

«El futuro no nace de cero. El futuro de Alicante nació hace mil años». Para ilustrar esta afirmación recurre a una célebre frase atribuida a Newton, pero que en realidad es una cita de Bernardo de Chartres: «Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes». Si para Newton los gigantes representaban la ciencia, Olcina los concretiza en el conocimiento del pasado.

¿Suficiente información?

Cree Olcina que hay mucha información sobre la historia de la ciudad, pero echa en falta un espacio de encuentro entre el pasado y el futuro, donde se muestre toda la historia de Alicante (en el MARQ solo se explica la antigüedad), una especie de Museo de la Ciudad donde se facilite información para que haya un debate sobre el modelo de ciudad que se quiere. «Pero no debe ser un debate de élite, sino entre el mayor número posible de personas».

En cuanto a las crónicas oficiales, piensa Olcina que fueron fundamentales en su día para tomar el pulso de la ciudad en momentos concretos, pero que ahora ya no son tan importantes porque hay muchísima más información.

Vacíos y polémicas

Hay espacios de tiempo en la historia de la ciudad de los que apenas si tenemos información, en los que la arqueología no ha podido hasta ahora compensar la falta absoluta de documentación.

Por ejemplo, ¿qué pasó entre el abandono de Lucentum en la Albufereta en el siglo III d. C. y el establecimiento de la medina musulmana de Laqant en la falda del Benacantil entre los siglos X y XI? ¿Quién administraba este territorio? ¿Dónde vivían los primeros cristianos alicantinos? No se sabe con certeza. Cuando los musulmanes llegaron aquí, ¿dónde estaba la Laqant de Teodomir? Algunos historiadores creen que ya estaba en el Benacantil; otros, como Olcina, creen que todavía estaba en la Albufereta.

Errores

En su entusiasmo por legitimar la fundación de Akra Leuka en la Albufereta, el catedrático Lafuente Vidal interpretó como epitafio de Amílcar Barca una inscripción griega, que posteriormente se demostró errónea.

Hasta 1990 la historia de Alicante fue distorsionada al situarse la ciudad romana de Lucentum en el barrio de Benalúa (Antigons). Coincidió aquella creencia con la expansión urbana de la Albufereta. «Al suprimir su valor histórico, resultaba más fácil asumir la destrucción del yacimiento arqueológico de la Albufereta, o al menos su olvido».

También los cronistas del siglo XVIII y XIX señalaban el yacimiento de Antigons como las ruinas de la colonia romana de Ilici. ¿Por qué? Porque Lucentum había sido una ciudad pequeña y estaba en la Albufereta, y la dignidad de Alicante exigía que su cuna fuera más importante y estuviera bajo sus pies. Ahora sabemos que en esta zona había tres ciudades romanas: Alone (El Campello), Ilici (Elche) y Lucentum (Alicante). Pero como la más importante era Ilici, los ilustrados alicantinos decidieron que debía ser la cuna de su ciudad.

«La influencia de los falsos cronicones de los siglos XVI y XVII llegó en Alicante hasta el siglo XIX». De ahí que muchos cronistas del XIX recurrieran a leyendas. «La historia de Alicante se nutre de los falsos cronicones hasta el siglo XIX. El conde de Lumiares fue el único ilustrado que estudió en serio la historia de la ciudad. Pastor de la Roca, Nicasio C. Jover, Viravens, no estaban al día en historiografía. Viravens era especialmente un historiador mediocre. Polemizó con Aureliano Ibarra sobre la ubicación de Ilici. Mientras Ibarra la situaba en Elche basándose en la arqueología, Viravens la situaba en Alicante basándose en la mitología de los cronicones».

Olcina considera que los cuatro tomos de la «Historia de la Ciudad de Alicante» publicados en 1990, con motivo del V centenario de la concesión del título de ciudad, fue una puesta al día muy necesaria y completa, aunque la historia antigua de la ciudad y de la provincia ha cambiado mucho desde entonces.www.gerardomunoz.com