La cofradía del Divino Amor y la Marinera se ha quedado sin salir en procesión debido a las lluvias en Alicante tras dos años de parón por la pandemia. El presidente de la cofradía, Julio Forner, ha comunicado a quienes se habían congregado ante el Convento de las Monjas de la Sangre, sede de salida, que se realizaría un encuentro entre ambos pasos pero que, debido a las lluvias, no saldrían por decisión de la junta de gobierno: "Los criterios son, aparte del tiempo, preservar la seguridad de los costaleros, de las damas de mantilla, de la gente". "Lo siento, después de dos años tener que tomar esta decisión... pero creo que ahora lo que tiene que primar es la seguridad de la gente de la cofradía y del Patrimonio que llevamos detrás. Lo siento mucho", ha destacado.
La hermandad de Santa Cruz, por su parte, ha logrado sacar a sus cuatro pasos aunque con un parón de una hora entre ellos por el aguacero que ha caído sobre las ocho de la tarde. Ya habían iniciado la procesión El Cautivo y el Gitano Sin embargo, la fuerza creciente de las precipitaciones ha forzado a la hermandad a parar durante cerca de una hora después de que el Laboratorio de Climatología asegurase que en unos minutos iba a cesar el aguacero.
En ese momento, la primera imagen estaba en la plaza del Carmen y, muy detrás, El Gitano, que ha esperado entre aplausos y saetas. Finalmente tanto la Virgen de los Dolores como el Descendimiento han salido, a pesar de que el capataz ha expuesto sus dudas con respecto a este último, el más pesado de todos los pasos de la hermandad con más de 2.000 kilos y seis imágenes, arropados por cientos. Incluso ha habido pequeños bailes a los tronos, aunque comedidos, por lo peligroso del suelo mojado.
El Cautivo, El Gitano, el Descendimiento y la Virgen de los Dolores, se han dejado ver tres años después. Como precaución, algunas de las tallas habían aguardado con protección, por si llovía, en la plaza de la Ermita, en el Casco Antiguo de Alicante, a que llegaran las 19 horas. Para evitar mayores riesgos, la hermandad ha optado por finalizar en San Nicolás y no subir con los tronos hasta la ermita, como suelen hacer a la carrera.
La popular hermandad celebra su 75 aniversario, que se cumplió hace dos años aunque no pudieron celebrarlo por la pandemia. También estaba prevista la vuelta a las calles la hermandad del Divino Amor y la Marinera, desde el Convento de las Monjas de la Sangre. Pero en su caso habrá que esperar un año más.
La procesión de Santa Cruz también conmemora este Miércoles Santo el 75 aniversario de la llegada a Alicante del paso de El Descendimiento, con sus 2.200 kilos de peso y seis imágenes en la escena en que Jesús es desclavado para bajarle de la cruz tras la crucifixión. Es obra del escultor sevillano Castillo Lastrucci.
La entidad de Santa Cruz se refundó en 1945, y al año siguiente llegó el Descendimiento para reemplazar a un Cristo que durante la guerra quedó destrozado.
El público que asiste a la procesión también puede apreciar por primera vez en procesión la saya nueva del Cristo Cautivo pues se encargó para hace dos años en el 25 aniversario de la primera salida de la imagen.
La procesión realizará por su itinerario habitual hasta el centro de Alicante tras reparar el Ayuntamiento unos problemas en las calles por donde pasa en el Casco Antiguo. El alcalde de Alicante, Luis Barcala; el concejal de Fiestas, Manuel Jiménez, e integrantes de la Corporación Municipal han participado en el recorrido, entre otros.
Esta procesión cuenta con imaginería de calidad: el Descendimiento (1946) y completan El Cautivo; El Cristo de la Fe, "El Gitano", del escultor Ortega Bru (1974), que despierta una gran devoción; y la Virgen de los Dolores, portada por costaleras.
Ermita
El grupo escultórico del Descendimiento está formado por seis imágenes del sevillano Castillo Lastrucci sobre un trono de 2.200 kilos al que en Santa Cruz llaman «El rey» desde los balcones y le cantan saetas .
El contrato de la compra de las tres primeras imágenes se firmó en 1945 y dos años después se añadieron el resto. Forman parte de la escena Cristo, la Virgen de la Piedad, San Juan, Nicodemo, José de Arimatea y María Magdalena.
El Cristo de la Fe «El Gitano» despierta gran devoción y es habitual que los vecinos y asistentes intenten rozar los maderos del Crucificado desde los balcones, o llevarse alguna flor del adorno de claveles. Es una talla de madera muy sencilla con pebeteros de fuego en las esquinas del trono. Es de Ortega Bru, uno de los escultores imagineros más destacados del siglo XX junto a Castillo Lastrucci.
Nuestro Padre Jesús Cautivo, un Cristo de Medinaceli vestido de nazareno sufriente es el primero en salir. Lleva peluca natural hecha en Sevilla y coronada por tres potencias: rayos de luz de material dorado sobre la cabeza.
La Virgen de los Dolores, obra de Valentín García Quinto en 1995, despierta un gran cariño entre las mujeres de Santa Cruz y suele haber lista de espera de costaleras.
El Divino Amor y La Marinera
La cofradía de Nuestra Señora de la Soledad La Marinera y del Cristo del Divino Amor se ha quedado en casa. La talla de La Marinera, de 1710, durante el año está en el monasterio de Santa Faz con las hermanas Agustinas Lateranenses, ahora custodias de la Reliquia, y había vuelto a Alicante por primera vez desde su marcha para procesionar pero no ha sido posible. El acta fundacional del convento de la Sangre (1606) ya menciona a la cofradía del Divino Amor. Es por tanto la más antigua de la ciudad.
Este año el Cristo del Divino Amor estaba previsto que desfilase por las calles sobre el trono modificado pues se hizo una estructura nueva de aluminio que pesa menos. Tanto el paso del Señor como el de la Virgen iban a lucir faldones con el escudo de la cofradía y de las Monjas de la Sangre obra de Pepe Espadero y su taller de bordadoras. Pero habrá que esperar.
El estandarte de la banda de tambores de los niños también se ha hecho nuevo.
La tuna de Derecho lleva más de 30 años portando el trono de la Marinera pues tienen históricamente ese privilegio mientras que del Divino Amor se encargan cofrades de la hermandad.
«La Marinera» es una Virgen de más de 300 años obra del escultor Bautista Vera de la que solo se conservan el busto y las manos originales pues se quemó en un incendio en la Guerra Civil. Se recogió lo que quedó de las cenizas y se devolvió a las Monjas de la Sangre para su custodia.
Estaba prevista la interpretación de saetas durante el recorrido, con Lina Baños a la salida de los tronos y Raquel Álvarez en la Carrera Oficial de la Rambla.