Opinión | Opinions des d’Elx

Que el Hospital del Vinalopó sea de gestión pública

Cadena humana en Elche por la reversión del Vinalopó

Matías Segarra / J. R. Esquinas

El pasado sábado, la Plataforma por la reversión del Hospital del Vinalopó a la gestión pública celebró una exitosa movilización para conseguir que la Generalitat Valenciana, ahora en manos de PP y Vox, acceda a que, al igual que se ha hecho con los hospitales que, en su día, se privatizaron y que, en estos últimos ocho años han ido pasando a la gestión pública, pase igual con el del Vinalopó y se evite así que esta área de salud, que comprende buena parte de Elx así como poblaciones vecinas, como Crevillent, Aspe, los Hondones, etcétera, siga con su gestión privatizada, convirtiéndose así en el único caso en todo el País Valenciano.

Es incomprensible que la ciudadanía de esta zona haya sido discriminada de esta forma. No se puede justificar que permanezcan rehenes de un modelo sanitario que implantó un Eduardo Zaplana, de infausto recuerdo, donde parecen primar más los intereses económicos que prestar la mejor atención sanitaria posible. Se lucha por una mejor sanidad pública, aunque, como dijo el filósofo suizo F. Dürrematt: «Es triste tener que luchar por lo evidente», pero extraños y ocultos intereses obligan a ello con este Consell.

Con el Botànic, se recuperó buena parte de lo privatizado. Ahora, en el caso de Elx, la llegada de Carlos Mazón al Consell y, especialmente de su conseller de Sanidad, Marciano Gómez, ha cuestionado la esperanza que había de que, también esta área, pasaría íntegramente, como todas, a ser gestionada de forma pública por la conselleria. Lamentablemente, en este proceso, alcaldes del PP en la zona, al contrario que en otras, han preferido quedar bien con su president antes que con su ciudadanía. Los elogios de Pablo Ruz, alcalde de Elx, y Lourdes Aznar, alcaldesa de Crevillent, a la actual situación sanitaria del área son insólitos. No apuestan por mejorar, sino por mantener las insuficiencias, y ahí están los datos que comparan un hospital con otro. Las ratios por facultativo son, en muchos casos, escandalosas. La atención es muy mejorable. El personal padece situaciones e insuficiencias que no deberían suceder a estas alturas, las quejas sobre la atención recibida son frecuentes, cambios inesperados de médicos, de citas, etcétera. No es, ni de lejos, lo que se merece una ciudadanía que, con sus impuestos, contribuye a algo que debería funcionar mucho mejor.

Y es que, hasta ahora, desde la Generalitat no han podido justificar por qué prefieren este modelo al que funciona, de forma mayoritaria, en toda la Comunidad y en el Estado. Prometieron unos informes que justificarían su decisión, y no se han atrevido a hacerlos públicos. O no existen o no han salido como esperaban. Ya se sabe aquello de que se «coge antes a un mentiroso que a un cojo» y eso parece pasar en este tema.

La ciudadanía va a seguir luchando por una Sanidad pública de verdad. Porque, aún con los defectos e insuficiencias que pueda tener, que los tiene, siempre será mejor que una sanidad privada donde prime el beneficio sobre la mejor atención. El Consell debería posibilitar lo mejor para su ciudadanía, no para determinadas concesionarias, máxime cuando está claro que no funcionan todo lo bien que deberían.

Y es preocupante lo que ha pasado este lunes, en Elx, cuando al acabar el Consell celebrado en el Ayuntamiento, al acercarse miembros de la Plataforma a entregar una documentación sobre la conveniencia de la reversión al conseller de Sanidad, éste, como si hubiera visto un marciano, ha salido casi corriendo y aparentando hablar con el móvil para «huir» de dichas personas. Todo un desprecio inaceptable. Mala postura en el responsable del tema. Carlos Mazón, más inteligente, ha llegado a aceptar la conversación con dichas personas. Ha hecho de «poli bueno», ahora hace falta que rectifique su posición. La sanidad pública lo agradecería, porque falta hace.