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Análisis

No es lo mismo, Mazón

El jefe del Consell, en su regreso a las Cortes tras la DANA, intervino durante tres horas largas, en las que generó más preguntas que respuestas dio

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, junto a la vicepresidenta Susana Camarero, este viernes en las Cortes.

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, junto a la vicepresidenta Susana Camarero, este viernes en las Cortes. / Rober Solsona / EP

C. Pascual

C. Pascual

«No es lo mismo...», dijo el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, este viernes, durante su intervención ante las Cortes Valencianas para dar cuenta de su polémica gestión ante la DANA que asoló Valencia, cobrándose ya la vida de 217 personas, una cifra que se incrementará ante la nómina de desaparecidos aún vigente.

Y no, no es lo mismo disculparse que pedir perdón. Mazón hizo lo primero, de pasada y además con letra pequeña. Tampoco es lo mismo afirmar que no iba a «negar fallos», para luego limitarse a hacer alusiones a lo que considera errores ajenos, nunca propios. No es eso lo que se reclama a un jefe del Consell acorralado por su gestión en, como señaló, la peor riada desde 1962, a la que dedicó todo tipo de adjetivos («monstruosa», «aterradora», «furiosa») en un evidente intento de justificar lo injustificable. Si lo intentó, no lo consiguió. 

Asimismo, tampoco es lo mismo asegurar que no iba a «señalar a nadie» en su dación de cuentas y luego no hacer otra cosa durante sus tres horas largas frente al micrófono, apuntando a la Aemet y a la Confederación Hidrográfica del Júcar por la supuesta falta de información que llevó, siempre según su versión, a que las decisiones de Emergencias se retrasaran: «Se hizo -afirmó- lo que se pudo con la información y los recursos de los que se disponía, pero no fue suficiente». 

Sólo reconoció un error propio, y en él no hubo vidas en juego, más bien un intento estéril (ya era viral) para ocultar las vergüenzas: el borrado de redes del vídeo en el que aseguraba el fatídico 29-O que la DANA iba a ser una amenaza pasajera para la Comunitat Valenciana porque a las 18 horas el temporal disminuiría su intensidad al desplazarse hacia la Serranía de Cuenca. 

Dar la cara

Tampoco es lo mismo avanzar que iba a dar «la cara», que iba a contar «lo que pasó, sin edulcorar», y en cambio silenciar por completo, en sus tres ocasiones junto al atril en el que se le vio carente de alma, como si cantara temas de una oposición, la supuesta comida en un restaurante de Valencia, a ratos privada y a ratos de trabajo, sobre la que ha pivotado la polémica desde que la trágica riada marcó un antes y un después en la Comunitat Valenciana aquel ya negro 29 de octubre. 

A su vez, no es lo mismo afirmar que «no» iba a «eludir ninguna responsabilidad», para luego comprometerse exclusivamente a no optar a la reelección como presidente de la Generalitat si no es «capaz» de «liderar la recuperación». Eso es futuro. El presente ya ha demostrado que Mazón ha sido incapaz de dirigir el antes, el durante y el inmediato después de la DANA, estando de acto en acto ese día para desaparecer en combate en las horas cruciales de la emergencia, cuando las decisiones hubieran salvado vidas. 

No estuvo en esos momentos críticos, ni tampoco ha sido capaz de erigirse como líder en los días posteriores, dedicando esfuerzos baldíos en idear relatos sin recorrido, en defender argumentos rebatibles ipso facto con datos oficiales. 

Al frente de la reconstrucción

Con ese pesado lastre, Mazón pretende ahora situarse al frente de la reconstrucción. Y aspira a hacerlo con cambios en el Consell que dirige y eligió hace poco más de un año. Ya ha confirmado que habrá una vicepresidencia para la Recuperación y una conselleria de Emergencias. Ahora. Se da por hecho que en breve no solo pondrá nombre a los responsables de esas áreas sino que también realizará más cambios, con dos piezas más que cuestionadas: Salomé Pradas (responsable de Emergencias) y Nuria Montes (titular de Turismo y señalada por su doble falta de empatía en esos dramáticos días tras la riada). 

Mazón, a la salida de las Cortes, ayer, junto a Pradas y Camarero

Mazón, a la salida de las Cortes, ayer, junto a Pradas y Camarero / Manuel Bru

Ahora Mazón deberá reinventar un nuevo argumentario, el enésimo en menos de tres semanas y diferente al defendido este viernes, para justificar la metamorfosis en el Gobierno autonómico pese a que, según su propio discurso, nadie del Consell ha cometido errores en la gestión de la DANA. Si Pradas hizo todo lo que pudo con los datos externos que llegaron a Emergencias, estando ella sí donde tenía que estar ese día, y Montes no debió errar con esas reprochables palabras, en tono altivo, que se hicieron virales ya que Mazón no hizo alusión alguna a ese episodio durante su larga intervención en las Cortes, ¿qué motivos argumentará ahora para relevarlas, si es que finalmente ejecuta una decisión inaplazable? ¿Dirá que necesita otros perfiles para la reconstrucción? ¿Eso significa que cuando confeccionó este Consell no eligió a los mejores? ¿Optó por afines para dejarse llevar? ¿Qué sería peor? 

Expectantes

A la espera quedan los ciudadanos y, también, los partidos, incluido el suyo. Con un PSPV cambiante (un día ofrece votos al PPCV para aprobar los Presupuestos, propuesta de la que nada más se sabe, y otro para reemplazar a Mazón como presidente), Compromís y Vox se intentan rearmar para capitalizar la indignación ciudadana, y más tras la descomunal manifestación que recorrió hace una semana las calles de Valencia, con réplica importante en Alicante. Dos formaciones, en los extremos del tablero político, que estaban aturdidas y que son conscientes de que pueden cruzar caminos políticos con el todavía jefe del Consell.

Y es que la frustración ciudadana va en aumento, a aquellos que lo han perdido todo, se suman los que siguen en busca de respuestas. En las Cortes, tras una larga jornada, no las hubo. Mazón intervino mucho, pero dijo poco. Y no es lo mismo.

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