El Ayuntamiento de Alicante, la Diputación y la Autoridad Portuaria han llegado a un acuerdo para que el palacio de congresos de Alicante, un proyecto en la ciudad se viene hablando desde hace 60 años, se ubique en el interior del puerto, en concreto en una parcela de 21.000 m² (muelles 7 y 9), en la que actualmente se encuentran las dependencias de la Guardia Civil destinada en el puerto, y en el muelle en el que fondea la patrullera del instituto armado. La operación se viene fraguando desde finales del año pasado y tiene ya hasta presupuesto. Un total de 45 millones de euros que financiarán la Diputación (30 millones) y el Consistorio (15), según el principio de acuerdo al que han llegado el alcalde de Alicante, Luis Barcala, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón y el presidente del Puerto de Alicante, Juan Antonio Gisbert, que ha gestionado que Puertos del Estado ceda los terrenos. La participación económica de la Diputación es clave porque el palacio, bautizado como Torre Suma, será un edificio polivalente que además de contar con un salón principal con capacidad para 2.000 personas, dispondrá de dependencias para ubicar a los trabajadores de Suma, la agencia tributaria de la Diputación Provincial, según la información a la que ha tenido acceso este periódico.

De esta forma, el puerto se suma al conjunto de espacios y proyectos que han ido sucediéndose en los últimos 30 años para acoger el palacio. Antes lo fueron la denominada tercera fase del hotel Meliá, -edificio que se convirtió en un hotel de lujo- Panoramis, las faldas del Benacantil, el barrio de Sangueta frente a la zona del Cocó en la playa del Postiguet o Benalúa Sur, donde estaban las Harineras, hoy camino de cambiarse a Mutxamel. Todas se desestimaron y ahora la opción pasa por el puerto.

Zona donde se proyecta el Palacio de Congresos.

La ubicación del palacio de congresos en el puerto lleva varios meses negociándose para que el futuro gran centro de congreso de la ciudad, asignatura pendiente desde hace casi 60 años, se construya en terreno portuario. Al final se opta por una zona del muelle pegado al complejo Panoramis y el Club de Regatas, que ocupan ahora la dependencias de la Guardia Civil, que se trasladarían a otro lugar, aunque para ello habría que negociar con el Ministerio del Interior. El proyecto, cuyo coste alcanza los 45 millones de euros –falta por concretar el diseño del edificio- correrá a cargo de la Diputación, que lo pagará con fondos de Suma, ya que el personal de la institución tributaria se trasladará al futuro inmueble, que se pretende sea un icono, frente el mar y la terminal de cruceros turísticos. Además, el centro encajaría en la reordenación urbanística en la que trabaja la Autoridad Portuaria de Alicante con la ampliación del parque del mar y la transformación del antiguo barrio portuario Heliodoro Madrona en un centro tecnológico y de atracción de empresas.

Fiasco tras fiasco

Tras años de fiascos, fuentes cercanas a la operación, en la que también podría participar la Generalitat, aseguran que la iniciativa tiene cuerpo. Acabaría así una historia que en su última etapa comenzó a finales de los años 90 con el anuncio de diferentes ubicaciones como la tercera fase del Meliá (hoy reconvertida en hotel de lujo), las faldas del Benacantil, el barrio de Sangueta, donde en 2007 llegó a presentarse un proyecto del arquitecto Salvador Pérez Royos, y el último tiro en blanco, la ubicación en el solar que dejarán de ocupar las Harineras Buffort y Cloquel, una operación que llegó a estar semicerrada a finales de 2019, pero que acabó fracasando pese a que se llegó ocho millones de euros a los propietarios del suelo.

Otro fracaso a apuntar en la gestación del palacio de congresos -marca, por otro lado, registrada por el Colegio de Médicos para su centro privado, de la avenida de Dénia- fue la transformación del Auditorio Provincial (ADDA) para que funcionara como un edificio polivalente. El acuerdo, negro sobre blanco, se suscribió en enero de 2016 durante la celebración de Fitur en Madrid, entre los entonces presidente de la Diputación, César Sánchez, y el alcalde, Gabriel Echávarri, pero nunca más se supo del asunto. El tripartito municipal saltó por los aires y la Diputación tampoco concretó nada, a pesar de que el PP se hizo cargo del Ayuntamiento con Luis Barcala como alcalde. Hoy, Carlos Mazón, actual presidente de la Diputación financiará una gran parte.

  • ICONO URBANÍSTICO

    Un lugar emblemático y siempre frente al mar Lo que nadie duda en Alicante es que el palacio de congresos de la ciudad debe estar junto al mar y por ello se piensa que el puerto es e ese lugar emblemático en el que construirlo.

El primer palacio de congresos lo diseñó el arquitecto García Solera, por encargo de la Diputación en 1963. Habría estado emplazado donde hoy está el centro para mayores de la Diputación, cerca de la antigua N-332, cosa que en aquella época tenía sentido porque era la gran entrada a Alicante. A finales de los 80, con el cierre de Ficia en Elda, la Cámara presidida por Eliseo Quintanilla promovió que se construyera en el puerto y el proyecto en las faldas del monte Benacantil, y después la opción en el barrio de Sangueta, ya con el alcalde Diaz Alperi en el Ayuntamiento, proyectos también fracasados. Y la última, la posibilidad de las Harineras.

El pleno del Consell rechazó definitivamente en enero de 2016 la posible construcción del palacio de congresos en el barrio de La Sangueta, al considerar que se trataba de un proyecto que carecía de «viabilidad». La decisión fue un trámite y daba respuesta a la petición formulada por el Ayuntamiento de Alicante, que desistió del proyecto. El plan llevaba aparejada una consignación de 50 millones de euros que, una vez anulado el plan por el anterior gobierno del Consell, quedó en nada. «Las palabras se las lleva el viento», aseguró a este respecto el entonces concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Alicante, Miguel Ángel Pavón.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consell, celebrada en Alicante, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, dio cuenta de la desestimación del plan de reforma interior (PRI) del barrio de La Sangueta, de acuerdo con la decisión adoptada por la comisión territorial de Urbanismo del 9 de diciembre de 2015.

  • 45 MILLONES

    Presupuesto ajustado a los tiempos de pandemia La operación se desarrolla en tiempos de crisis, pero tiene un presupuesto de 45 millones que serían asumibles.

El edificio diseñado por Salvador Pérez Arroyo tenía 45 metros de altura y bajo la «piel de vidrio y metal» de color dorado se construían las dependencias a modo de módulos comunicados entre sí y que dejan espacio para las gradas. La idea, según su diseñador, era integrar un edificio terciario de oficinas con un palacio de congresos. Uno de los módulos se construirá en altura hasta alcanzar los 40 metros, y en su parte superior se construirá un restaurante giratorio. El interior estaba ajardinado a modo de jardín botánico. Además, el edificio se apoyaba sobre la cantera, que se cubrirá de verde mediante plantas colgantes de distintas especies hasta ocupar todo el frente de la Serra Grossa sobre el que se sitúa el centro de congresos. La desestimación del proyecto se produjo un día después de que el presidente de la Diputación, el popular César Sánchez, anunciara la  remodelación del ADDA para «convertirlo en Palacio de Congresos». Las declaraciones de César Sánchez, en Fitur se produjeron tras firmar con el alcalde de la capital, el socialista Gabriel Echávarri, un compromiso de intenciones para trabajar conjuntamente en la promoción del Auditorio Provincial como espacio nacional e internacional de congresos, reuniones y convenciones. Ahí se quedó. Cinco años después, el tema parece que toma cuerpo.

Adjudican dos zonas para recarga de coches eléctricos

Iberdrola gestionará en el puerto durante 15 años puntos de recarga de vehículos eléctricos ubicados en dos zonas, una en la zona de levante, entre la fachada del hotel Portamaris y el acceso al paseo volado, y otra en la zona de poniente, frente a Panoramis. Los espacios concesionados tienen una superficie media de 65 m2, y albergarán, cada una, dos puntos de recarga rápida, de 50 kW, y otro punto de recarga semirápida, de 22 kW, con dos tomas. En total, podrán estar conectados, simultáneamente, hasta 4 vehículos eléctricos en cada zona.