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Suspendido el desahucio de una familia con dos menores en Alicante

El desalojo estaba programado para esta mañana en un inmueble ubicado en el barrio de Colonia Requena hasta la que acudieron a frenarlo los miembros del Sindicat de Barri de Carolines

Paralizado el desahucio de una familia con dos menores en el barrio de Colonia Requena

Alex Domínguez

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

Nuevo desahucio suspendido en la Zona Norte de Alicante. Este miércoles, la angustia de Natividad Campos y su familia terminó, al menos por ahora, con una noticia que, por momentos, parecía improbable: el desahucio de su vivienda en el barrio alicantino de Colonia Requena se suspende. La decisión, tomada por la comitiva judicial tras horas de tensión entre miembros del Sindicat de Barri de Carolines, vecinos de la zona y agentes de la Policía Nacional, supone un alivio para la familia afectada que ahora cuenta con una nueva oportunidad para negociar su situación con la entidad bancaria propietaria de la vivienda.

Desde hacía semanas, esta familia vivía con el temor de perder el techo en el que residían desde hacía cuatro años. "Que se haya parado el desahucio es como si nos hubieran quitado una carga enorme de encima. Ahora nos tenemos que poner las pilas para seguir negociando, queremos pagar un alquiler social que nos permita dar de comer a los niños y vivir con dignidad", explicó Campos, mientras los agentes de la Policía Nacional abandonaban el lugar y los vecinos celebraban la decisión entre aplausos.

La familia ya se había enfrentado un intento de desahucio similar hace dos años en la misma vivienda, en la que residen de forma irregular, el cual fue detenido por parte de la comitiva judicial por la presencia de una menor. Desde entonces, su lucha ha estado marcada por el objetivo de conseguir un alquiler social, algo que el banco propietario del inmueble se ha negado a ofrecer.

Natividad Campos, madre de los menores, indica que la única alternativa presentada ha sido la compra al contado de la vivienda, una opción completamente inalcanzable para ellos. "Hace unos meses ofrecí pagar mes a mes toda la ayuda que recibo de Servicios Sociales hasta cubrir lo que pedían, pero dijeron que no, nos exigen comprar la vivienda al contado, algo completamente imposible para nosotros", añadió Campos.

En las últimas semanas, la familia recibió una notificación formal y, a pesar de haber presentado un informe de vulnerabilidad y documentos legales que acreditan su situación, no obtuvieron respuesta. "Presentamos informes de vulnerabilidad, documentos legales, y aún así volvieron a notificarnos el desahucio. Nos sentimos desamparados. Sabemos que no tenemos la capacidad para comprar la casa, pero tampoco queremos vivir sin aportar algo. Lo único que pedimos es un alquiler social justo”, señala Natividad Campos.

Solidaridad y movilización social

Desde primera hora de la mañana, decenas de personas se congregaron frente al domicilio para impedir el desalojo. Entre los asistentes, miembros del Sindicat de Barri de Carolines y vecinos de Colonia Requena acudieron para intentar frenar el desalojo, colocando pancartas y coreando consignas como "¡Vergüenza me daría desahuciar a una familia!" y "Vecina, despierta, desahucian en tu puerta".

Elena Bronchalo, portavoz del Sindicat de Barri de Carolines, denunció la falta de soluciones estructurales para familias que, como la de Natividad, se encuentran en una situación de desahucio sin alternativa habitacional. "Estamos ante una familia con una niña pequeña y un bebé que simplemente no puede permitirse las condiciones que les imponen. En estos casos, un alquiler social sería la única opción viable, pero la entidad bancaria propietaria lleva años rechazando sentarse a negociar. Lo único que les interesa es vender sus inmuebles, en muchos casos a fondos buitres. Y, lamentablemente, ni desde Servicios Sociales ni desde el servicio público de vivienda se les ha ofrecido una alternativa real, apuntó Bronchalo.

La tensión aumentó con la llegada de cerrajeros y un numero más significativo de agentes de la Policía Nacional, que intentaron despejar la entrada del edificio mientras los manifestantes se sentaban en señal de resistencia pacífica en el acceso al inmueble. Los gritos de protesta se mezclaron con el ruido de cacerolas desde los balcones, en una muestra de solidaridad vecinal que terminó envolviendo todo el barrio. "Esto es inhumano", exclamaba uno de los vecinos desde su ventana, mientras otros reproducían la canción "¡No nos moverán!" a todo volumen.

Una suspensión temporal

Finalmente, la comitiva judicial decidió suspender el desahucio, permitiendo a la familia permanecer en la vivienda. Sin embargo, no se especificaron plazos ni condiciones, lo que da un respiro a la familia. “Ahora tenemos más tiempo, que es lo que necesitábamos para seguir negociando. Nuestra intención siempre ha sido llegar a un acuerdo y tenemos que trabajar con nuestro abogado para intentar negociar otra vez. No queremos caridad, solo pedimos poder pagar un alquiler social que sea justo y nos permita seguir adelante”, subrayó Natividad.

La situación de esta familia no es un caso aislado. Según Elena Bronchalo, del Sindicat de Barri de Carolines, los desahucios son una problemática recurrente en barrios como Colonia Requena. "Llevan años esperando una respuesta del EVha (Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo) y del Patronato de Vivienda, pero no obtienen respuesta", explicó Bronchalo.

Por su parte, Manolo Copé, portavoz de Esquerra Unida-Podemos, quien se encontraba presente en el desahucio, lamentó la falta de medidas efectivas para frenar los desalojos en la ciudad. "Tenemos un problema muy serio con la vivienda en esta ciudad. La solidaridad vecinal es clave, pero no puede ser la única respuesta. Necesitamos políticas municipales y autonómicas contundentes que cumplan con la Ley de Alquileres para evitar que estos casos sigan ocurriendo día tras día", afirmó Copé.

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